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lunes, 16 de mayo de 2011

SUILLA EST REX: Las buenas intenciones, por Alejandro B. Borges


Desde Monterrey, Alejandro B. Borges nos presenta su columna periódica Suilla est rex, en la que nos compartirá reflexiones sobre asuntos que muchas veces pasan inadvertidos pero que a la larga suelen tener consecuencias imprevistas. A Poetas en la web le honra la presencia de una voz distinta, inteligente y combativa como la de Alejandro.



Las buenas intenciones
Alejandro B. Borges

Mucho se ha hablado de las diferencias políticas entre grupos supuestamente antagónicos. Hay quienes se ofenden cuando son llamados comunistas y hay quienes se ofenden por ser llamados liberales y todos coleccionamos etiquetas de "radical" que acostumbramos colgar a los demás, a veces para afirmar nuestras posiciones, a veces para denostar las del otro.

A mi lo que me resulta curioso de toda la gresca es que en el fondo no hay ni un sólo "izquierdista" funcional que renuncie a su sueldo del Estado y ni un sólo neoliberal al que no le sobe la mano alguien en el Estado y/o en el oligopolio de medios que es, para qué negarlo, parte del Estado.

Es la naturaleza de las cosas. He aprendido a no cuestionarla desde la perspectiva moral porque, si hemos de ser honestos, la naturaleza no muestra ningún tipo de carácter moral y más bien, así lo creo, hay que temer de aquellos que aseguran que las reglas de la ética, de la convivencia entre similares, pueden derivarse de la naturaleza.

Por ello me interesan siempre las cuestiones de estado que desnudan su naturaleza: el estado es lo que hacemos de él. ¿Quiénes lo hacemos? Los puercos que lo conformamos. Suilla Est Rex o El Puerco es el Rey.

El ejemplo que me gustaría resaltar el día de hoy, aún si es ya un poco viejo, es el que nos aportan una serie de reformas a la "Ley Contra la Trata de Personas". Aclaro que la leí someramente y que tiene reglas, leyes y penalidades correctas, necesarias y de buenas consecuencias éticas.

Pero no está exenta de sección cómica. Por ejemplo, en dicha ley se proscribe y pena según algunos diarios la "La promoción de favores sexuales, acompañantes, masajes, citas o escoltas u ofrecimientos sexuales". Y simplemente no le encuentro cabida ética a semejante prohibición.

La idea, según los legisladores que la celebran (http://conexiontotal.mx/2011/04/15/prohiben-por-ley-anuncios-de-servicios-sexuales/
), es evitar que mujeres y niños "caigan" en manos de redes de prostitución que son, nadie pudiera negarlo, parte de la más cruel delincuencia organizada.

Y es verdad que las redes de prostitución infantil, pornografía y esclavitud en general son terribles y habría que buscar la forma de acabar con quienes las conforman. La cuestión aquí, es que no entiendo el cómo es que esta parte de la ley coadyuva para conseguir este efecto.


Propongo calzarnos los zapatos de tacón alto, las botas de cuero, el tank-top y el bilé para intentar entender. En este ejercicio, encuentro que a mi me pondría, como prostituta(o), de pésimo humor que los senadores trepadotes en su caballo blanco de la moral, decidieran que no puedo publicar anuncios para ofrecer mis servicios.

Y ese es el punto. Las mafias se adueñan de la calle, de los barrios, de las esquinas, de los hoteles, de los puestos del mercado y de las mujeres y los niños. Naturalmente, en el caso de los niños, es obvio que cualquier publicidad debiera ser investigada de oficio de inmediato, pero ello ya está contemplado en nuestro complejo e inútil entramado legal. En teoría, la explotación sexual infantil y hasta el maltrato infantil, se persiguen de oficio.

Pero en el caso de las mujeres y hombres adultos, creo que es contraproducente la estrategia. Limitar el libre acceso a medios baratos de publicidad para sus servicios, encarece ese bien (la publicidad), para las sexoservidoras y sexoservidores que bien pudieran ser "libres", es decir, exentas y exentos de presión por parte de ningún delincuente. ¿Qué pasa, pues, con las putas y chichifos de vocación libertaria? ¿No puede la policía marcar a cada uno de los números de la página de clasificados del diario y verificar si hablan con quien presta el servicio directamente o si hablan con una casa de citas y, de ahí, identificar los que parezcan ser propiedad de redes delincuenciales?

Creo que los senadores y diputados ni siquiera piensan en la posibilidad de que, si se reglamentara el sexoservicio y se protegiera abiertamente a quienes desearan ejercer este oficio, las redes de prostitución y esclavismo se verían en problemas para acceder a ciertas porciones del mercado: ¿qué sexoservidor(a) preferiría pagar una cuota de protección a su proxeneta, si el estado defendiera sus derechos laborales? Algunos, quizá muchos, pero no todos. Menos de los que hoy son explotados, eso es seguro. Y menos de los que serían explotados, si no se les hubiera ocurrido esta genialidad a nuestros legisladores, toda vez que se presumirá que si alguien intenta hacer publicidad de sus servicios, es parte del crimen organizado y esa afirmación apesta a generalización falaz.

Uno quisiera pensar que la mochería mexicana se impone siempre sobre la razón y que estamos ante ese caso. Pero no creo que sea así. Lo que se impone aquí, lo que se desnuda, es la doble moral del estado mexicano que, en estas instancias, nos representa perfectamente. Suilla est Rex.

Ante lo que estamos, esa es mi tesis, es ante la más rabiosa liberalidad de la cultura mexicana: no legalizamos bien a bien la prostitución porque le deja dinero a las policías locales, a los municipios y a las delegaciones. Porque los mercados grises dejan dinero a la burocracia y la burocracia jamás, ni por error, deja un hueso sin roer. Esa es La Ley Del Mercado.

Me puse a checar someramente y resulta ser que la prosititución en México se regula a través de leyes estatales y es ahí donde podemos encontrar la más cruel de las realidades. La más divertida que he encontrado es esta joya del estado de Veracruz publicada en el año de 1943 e intitulada "LEY RELATIVA A LA PROSTITUCION Y DE PROFILAXIS SOCIAL", cuyo cuerpo entero puede disfrutarse en la siguiente liga
y, según encontré, es la ley vigente en la materia para esa entidad: http://dns.veracruz-programa.gob.mx/opg/Guia2/paginas/Archivos/LEYES/LEYRELATIVAALAPROSTITUCI%C3%93NYPROFILAXIS/LEYPROSYPROF.pdf

Dejando de lado la hilaridad del nombre mismo de la ley (Ley de profilaxis sexual) el primer artículo es pura maravilla: "Artículo 1o. Es propósito del Estado, resolver integralmente el problema sexual. Mientras esa solución no sea dada, se aplicarán las disposiciones de la presente Ley."

Y 68 años después ¿Qué cree, estimado lector? Todavía no puede, El Estado, "resolver integralmente el problema sexual" que, por otra parte, tampoco está definido en el "corpus" del documento. Tampoco ha podido, El Estado, reformar su ley de 1943...

¿Porqué? Un breve estudio del documento arroja resultados interesantes. Ahí se consigna que es el municipio y el estado el que designa dónde y cómo se operará una zona de tolerancia, que las prostitutas detentan ciertos privilegios en el mercado de la indumentaria y sienta las bases, cómo no, de la moral pública:

"Artículo 30. En la Dirección de Salubridad no sólo se llevará el control sanitario, sino también el de las actividades de trabajo que pueda desarrollar cada una de las meretrices, para que al establecerse por el Estado determinadas industrias y fuentes de trabajo, sean aquéllas las llamadas de preferencia a prestar en éstas sus servicios, a fin de alejarlas del género de vida en que han caído y reintegrarlas al seno de la sociedad por medio del trabajo honesto."

Otro por el estilo, inciso "k" del artículo 34: [Medidas de interés público a realizarse]... "en resumen, todo lo que tenga por finalidad apartar a la mujer del ocio, de la seducción, de su relajamiento moral y de la perversión, en la inteligencia de que la lucha contra la prostitución no debe degenerar en la lucha contra las meretrices, cuyos derechos humanos deben ser defendidos y respetados".

Ah, si, por cierto, en 1943 no había sexoservidores, sino "gigolos" cuya convivencia en las casas de citas, en virtud del artículo séptimo, queda prohibida.

En fin, que según la ley, en Veracruz los sexoservidores están prohibidos o, cuando menos, su existencia carece de sustento legal y las meretrices, si bien existen, son ociosas, seducidas, moralmente relajadas y perversas, aún si con grandiosa gracia, El Estado se apresta a sacarlas de "su situación".

Ahora bien, la ley tampoco está excenta de pragmatismo:

"Artículo 10. Las autoridades administrativas y judiciales, no reconocerán las deudas que por concepto de cuentas sin cubrir, exijan de las meretrices los proveedores de muebles, prendas de ropa, útiles y enseres para el ejercicio de la prostitución. Tampoco decretarán detención o arraigo alguno en contra de aquéllas, si por dicha causa la solicitaren."

¿HUH? Yo tampoco le entendí, pero esa es la ley y a nadie se le ha ocurrido cambiarla, como a nadie se le ocurriría decir que en Veracruz no hay casas de citas que incluyan el sexoservicio masculino en el menú.

A mi me gustaría encontrar un contraste, una diferencia de percepción sobre el sexoservicio entre los legisladores de Veracruz en 1943 y los legisladores federales en el 2011, pero creo que en el fondo veo lo mismo. Para ellos, la prostitución es tan, pero tan mala, que nadie siquiera podría pensar en ejercerla por cuenta propia, por propia libertad y por putas ganas. Para ellos, todo sexoservidor es un esclavo y, por tanto, ninguno ofrecería sexoservicio por el periódico por puro gusto de poner un negocio muy, digamos, "personal".

Y ahí está el desnudo, el rey encuerado que sólo legisla para representar un papel en el escenario de nuestro imaginario moral, que nada tiene que ver con la realidad. Ellos imaginan que a nosotros, los ciudadanos, nos agrada que se prohiba la publicidad de sexoservicios en aras de dificultar, se supone, el actuar de las mafias de trata de personas. Pero ¿porqué se lo imaginan? ¿Ningún senador ni senadora ha contratado jamás a un sexoservidor? ¿A nosotros "ciudadanos" nos obliga la mafia a contratar sexoservicio? ¿No existen sexoservidores felices con su trabajo, que les permite alimentar a una familia y que no han sufrido ni sufren coerción? Seguramente son pocos pero, de nuevo, ¿porqué?


En la ley vigente del Estado de Veracruz, publicada en el 43, está la respuesta: porque la autoridad cuenta con el monopolio de la prostitución oficial en México y, naturalmente, con el mercado de prevendas que permiten a las mafias violarlo. Además, en descargo de los funcionarios, los mexicanos también creemos que los sexoservidores son deleznables y, en el mejor de los casos, los vemos con lástima... a menos que nos los estemos cogiendo.

Soy de la opinión de que debemos abrir nuestra cultura a la posibilidad de que nuestras tradiciones son, a veces, parte de nuestros problemas y no siempre componentes esenciales de las soluciones. Especialmente porque Suilla est rex: nuestros juicios morales no parten de miradas realistas, sino de reflejos condicionados culturales peligrosos y, a veces, inhumanos. Considero que ese es el caso que nos atañe.

5 comentarios:

  1. Duro y a la cabeza, Don Alejandro...

    Sin embargo me parece que existen situaciones dignas de analizarse a fondo, por ejemplo ¿es correcto promover el comercio carnal en espectaculares a bordo de carretera y dentro de la ciudad, por parte de los lupanares? ¿Es incorrecto o improcedente pretender legislar al respecto?

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  2. Yo creo que es procedente, que las ciudades deben regular los espacios públicos y que es debatible el punto de si un periódico y sus clasificados son, en efecto, espacios públicos regulables de la misma forma que la vista desde la carretera.

    Supongamos que así es: entonces porqué no, al menos, permitir catálogos especializados que puedan ser adquiridos por mayores de edad?

    Con estas reformas a la ley el asunto se torna bizarro: es legal publicar pornografía, pero ilegal poner un anuncio de dos frases en el periódico...

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  3. Primero, surge mi duda ante la razón de “temer” a quien asegure que las reglas de la ética pueden derivar de la naturaleza. En cuanto a la moral estoy totalmente de acuerdo pero recordemos que la ética comprende la virtud, el deber y la felicidad. Ni epicúreos ni estoicos han negado la relación naturaleza-ética (virtud y felicidad), inclusive Adam Smith reconoció la empatía como un recurso importante de la convivencia en sociedad. Esto último a la larga nos lleva a las reglas de la ética. En ese contexto más que “temer” solo debemos ser cautelosos y no permitir que la irracionalidad sobrepase nuestro nivel de consciencia (o el de aquellos que no piensan igual)
    En cuanto al tema, que podrá ser viejo pero no por ello resuelto- la diferencia entre un hombre de 40 años y un niño muchas veces es solo la edad- la problemática del asunto no gira en torno a si está bien o está mal por naturaleza o por ética. Es un asunto catalogado como negativo por cuestiones religiosas más que de salud. El titulo de la ley lo dice: Ley de profilaxis sexual. En que sacramentada escuela de medicina se acuño el término profilaxis sexual, la única que me viene a la mente es la Sacrosanta Escuela de Medicina del Estado Vaticano (la cual no existe, gracias a Di-s). La profilaxis sexual podría entonces hacer referencia a los más antiguos enemigos de la escuela de San Pedro (inmoralidad y pecado) al igual que lo hace la anticoncepción o profilaxis conceptiva. Ahora pues, así si podemos establecer una razón de ser de dicha ley, como un intento más de proteger lo que las doctrinas judío-cristianas/católico-apostólicas han tratado de eliminar desde hace ya siglos.
    Ellos (senadores/diputados) imaginan que a nosotros (ciudadanos) nos agrada que se prohiba la publicidad de sexoservicios. ¿Por qué se lo imaginan? Porque no todos hacemos este ejercicio que usted acaba de hacer y que nos invita a reproducir. A razón de que existimos quienes pensamos que es más sencillo seguir los pasos de quienes ya fallaron anteriormente, por ignorancia. ¿Ningún senador ni senadora ha contratado jamás a un sexoservidor? Claro que lo han hecho, más que el ciudadano promedio, me atrevería a decir, pero reconocerlo implica otra lucha que no están dispuestos a pelear porque en su interior están convencidos de que la perderían. Y en ese momento la idiosincrasia puritana y la plebe darían el estelar a alguien más “digno”. ¿A nosotros "ciudadanos" nos obliga la mafia a contratar sexoservicio? Obviamente no, el servicio lo contrataríamos con o sin mafia, al igual que lo buscaríamos con o sin precio. ¿No existen sexoservidores felices con su trabajo, que les permite alimentar a una familia y que no han sufrido ni sufren coerción? Los hay claro que si, algunos otros inclusive podrían ser felices aun con la coerción, simple y sencillamente la gratificación sexual es un deseo natural no necesario (Hedonistas y epicúreos).
    ¿Quiénes hacemos del Estado lo que es, los puercos que lo conformamos o el puerco es el Rey? Definitivamente nosotros, a final de cuentas vivimos en un país donde cada 6 o 3 años se renueva la piara. Hace ya mucho tiempo que no importamos puercos, todos pertenecemos al mismo criadero, todos han salido de aquí- de entre nosotros.

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  4. JACS, le agradezco tan buena y pulcramente escrita reflexión. Por otra parte, debo aclarar una cosa. Ley "de profilaxis sexual" es un error producido por un evidente lapsus mío. Lo que debe decir (y en cuanto lo corrija así quedará) es Profilaxis Social!


    ¿Cómo la vé? ¿Peor, no?

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  5. Idem. La esencia de la reflexión permanece intacta. Excepto que el título de la Ley se vuelve más irracional- de ser probable. La profilaxis nos permite evitar o encaminar acciones hacia la prevención de eventos nocivos para el ser humano. El ser humano es reconocido como individuo, cuyo conjunto denominamos sociedad. Sabiendo que P es P, si y solo si P: la profilaxis es en pro de la sociedad, pero no “a” la sociedad. Por ende no puede existir dicha “profilaxis” porque entonces, ¿Sería enfocada a evitar o prevenir la sociedad misma? Convirtiendo a los puercos en la enfermedad y no portadores.

    Ahora llevadlo a la práctica. Si lo que pretende dicha ley es evitar o prevenir “enfermedades” en la sociedad, está haciendo todo lo contrario. Al evitar una actividad sexual consensual, libre y con remuneración (más allá del placer mismo) solo permite lo opuesto (violación, extorción y mafia) al igual que con las drogas (aparentemente).

    “Si A es verdadero, entonces B es falso. Y dado que B es falso, entonces A tiene que ser falso. Pero si A es falso, entonces B es verdadero…” y así nos vamos. ¿No?

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